ESPIRAL VIRTUOSA
Una calma añorada
se impone lenta, paciente,
desnuda ante los ojos
incrédulos de andante.
Después de aguantar el fuego,
otro futuro se advierte;
yo escapo, entre sueños,
de una segunda muerte.
Con nuestras pieles quemadas
al encuentro misterioso,
ineludible y ciego,
obstinado, azaroso,
de nuestros cuerpos húmedos
adictos al dulce dolor
de los amores lúcidos,
vamos, cargando un temor.
Rompen todo, las palabras
volando a quemarropa;
nuestros rostros, deformados,
nuestra vida, en zozobra.
Luego la siembra, dolida,
la tensa espera del fruto,
la historia patria torcida,
la cara oculta del rito...
Entonces sólo nos queda
el retorno silencioso
a cuidar de las heridas
que derrumban al otro;
una redención tardía,
una ternura urgente,
una buena compañía,
una escucha consciente.
vamos, cargando un temor.
Rompen todo, las palabras
volando a quemarropa;
nuestros rostros, deformados,
nuestra vida, en zozobra.
Luego la siembra, dolida,
la tensa espera del fruto,
la historia patria torcida,
la cara oculta del rito...
Entonces sólo nos queda
el retorno silencioso
a cuidar de las heridas
que derrumban al otro;
una redención tardía,
una ternura urgente,
una buena compañía,
una escucha consciente.
Péndulo
Un hermoso poema; obstinado, azaroso... necesario!
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